“Encuentro que leer libros es muy gratificante intelectualmente. Los libros te ayudan a explorar un tema a fondo y a sumergirte de una manera más honda que la mayor parte de los medios actuales”, escribió Mark Zuckerberg en su página de Facebook para empezar el año 2015. A pesar de la obviedad de la frase, no es tan obvia, viniendo de quien viene.
¿Qué decidió hacer el joven y billonario empresario a partir de su iluminada reflexión? Nada menos que empezar un club de lectura al que llamó Un año de libros. Y para no perder la coherencia institucional, creó una página de Facebook donde los fans pueden leer en paralelo con él y comentar y discutir lo leído.
Hace un año que estoy inmersa en el submundo de los clubs de lectura y me parece una tendencia fascinante, que no para de crecer. El club en el que leo ahora, The Well Read Mom, pasó de 20 a 800 participantes en dos años. Marcie Stockman, una madre de un pueblo del norte de Minnesota en Estados Unidos, es la promotora de este grupo internacional con miembros desde Nueva Zelanda hasta Hungría, y desarrolló esta idea específicamente para promover la lectura entre mujeres de toda edad y condición. En una reciente entrevista, y basándose en la investigación académica de Wolf, Stockman explica que el cerebro usa el lóbulo central para desplazarse en una pantalla, scroll, y otra región distinta para leer en un libro, de izquierda a derecha. Por eso, cuando falta la lectura, disminuye la capacidad de concentración.
Agradezco a Zuckerberg que reflote, defienda y promueva la necesidad de leer a fondo y no solamente artículos o fragmentos de 140 caracteres. Y recomiendo ponerse metas de “mayor consumo de libros” en vez de “consumo de horas de celular”. Y les deseo un año de gratificantes lecturas que, seguramente, llevarán a más y mejores conversaciones.
¿Qué decidió hacer el joven y billonario empresario a partir de su iluminada reflexión? Nada menos que empezar un club de lectura al que llamó Un año de libros. Y para no perder la coherencia institucional, creó una página de Facebook donde los fans pueden leer en paralelo con él y comentar y discutir lo leído.
Hace un año que estoy inmersa en el submundo de los clubs de lectura y me parece una tendencia fascinante, que no para de crecer. El club en el que leo ahora, The Well Read Mom, pasó de 20 a 800 participantes en dos años. Marcie Stockman, una madre de un pueblo del norte de Minnesota en Estados Unidos, es la promotora de este grupo internacional con miembros desde Nueva Zelanda hasta Hungría, y desarrolló esta idea específicamente para promover la lectura entre mujeres de toda edad y condición. En una reciente entrevista, y basándose en la investigación académica de Wolf, Stockman explica que el cerebro usa el lóbulo central para desplazarse en una pantalla, scroll, y otra región distinta para leer en un libro, de izquierda a derecha. Por eso, cuando falta la lectura, disminuye la capacidad de concentración.
Agradezco a Zuckerberg que reflote, defienda y promueva la necesidad de leer a fondo y no solamente artículos o fragmentos de 140 caracteres. Y recomiendo ponerse metas de “mayor consumo de libros” en vez de “consumo de horas de celular”. Y les deseo un año de gratificantes lecturas que, seguramente, llevarán a más y mejores conversaciones.