Cuando se lee la última frase de un libro genial se pasa, de golpe, de la satisfacción a la tristeza. Es que terminar un libro que se disfrutó supone perder un compañero de viaje.
Para evitar el peso de la ausencia de ciertas historias amigas que se han ido, me sirve hablar con otros de ellas: de lo que dejaron durante su estancia y de los lugares a los que me llevaron consigo. Así de simple, como cuando se mandan fotos de un viaje inolvidable a los que sabemos que querrían verlas.
Para evitar el peso de la ausencia de ciertas historias amigas que se han ido, me sirve hablar con otros de ellas: de lo que dejaron durante su estancia y de los lugares a los que me llevaron consigo. Así de simple, como cuando se mandan fotos de un viaje inolvidable a los que sabemos que querrían verlas.