Le pidieron que les enseñara a tejer (las maravillas del invierno y de ser hibernantes) y dijo que sí, con más duda que entusiasmo. Y al tomar las agujas y la lana, viajó en el tiempo más de veinte años atrás y vio con sorpresa cómo sus manos recordaban un oficio que pensaba olvidado.
Y decidió tejer un nuevo capitulo sobre la alfombra de su existencia. Uno donde cada punto (nada apretado, suficientemente flexible) se uniera con el siguiente a partir del abrazo de la lana con la aguja a la velocidad de quien baja por un tobogán. Y a la par que escriben historias y viven vidas, tejen ahora sueños de primavera.
Y decidió tejer un nuevo capitulo sobre la alfombra de su existencia. Uno donde cada punto (nada apretado, suficientemente flexible) se uniera con el siguiente a partir del abrazo de la lana con la aguja a la velocidad de quien baja por un tobogán. Y a la par que escriben historias y viven vidas, tejen ahora sueños de primavera.